Una almohadilla, de día

Mira, están deslizándose mis articulaciones en un dibujo mental que se evapora con un soplido. Las partículas y el helor del aliento de entre las mantas, sin pensar en canciones, con la lengua congelada en el extremo de las uñas, donde no urge nada. Resulta nostálgico mientras soy la única que aguanta despierta. Recapacita, ¿qué puedes llegar a sentir en un escalofrío? 
La cama se aleja a cámara lenta y el amanecer rota en torno a ella, va rápido y fugaz un beso. Las ventanas se han abierto, mira, bailan las pestañas en el alfeizar...