Sonaba una canción en altamar. Una canción que me recordaba las noches vagando por calles murcianas, haciendo locuras, corriendo sin motivo alguno y aún menos lógico. Los labios rojos, rallas marineras y lunares ataviando pecho y cuello. Gafas de pasta sobre algún catamarán, distancia, un buzón donde enviar cartas a ninguna parte pero que siempre acaban llegando en alguna botella de cristal a su puerto. Una canción que me recuerda algo tierno, los conciertos improvisados y las caras de sorpresa de mi amigo más pequeño. Sus canciones siempre me han sonado diferentes, sobre todo porque solía ponérmelas cuando comenzaba a morir el sol...
Por las tardes es diferente. Cuando muere la tarde todo es diferente...
1 comentario:
Sí, cuando muere algo todo es diferente.
Muás.
Publicar un comentario