Tão sem tento

Cuando la mano que mecía la cuna tiene los zapatos embarrados y deja caer los relojes el tú a tú se vuelve extraño, se enciende la necesidad de sentir ese sonido como si fuese mío, como si se tratase de la voz de la conciencia contando algo de modo meláncolico, bonito, punzante… Pronto el pomo de la puerta cae al suelo golpeando bruscamente el suelo (y mis tímpanos) y ya no hay más que restos de errores tras lo que se convertirá en breve en un lecho de muerte. Es el dicho: una puerta se cierra, una ventana se abre… Para poder contradecir una vez más a las cantantes que modulan magia y decir que la vida no es en rosa. Es una simple pantalla donde volverse loco, arder, perder los zapatos…



2 comentarios:

Cohen dijo...

De verdad, te lo pido por favor, entre el teatro y lo que leo/veo en tu blog me haces sufrir una barbaridad.

(Pero siempre es bueno ese sufrimento)

Anabel Juan dijo...

A mi personalmente me encantó, además la parte de arriba es impresionante pero no conseguí sacar una foto buena que lo demostrase... Gracias ;) Muuac!