Los viernes...

"Los viernes llegan las dudas. Son días de volver a querer cuando cae la luna, imagina y, extrañamente, mezcla todo. Una guitarra mece las notas de la noche y casi deja que empapen su esencia a medio dormir, tan cruda como las lágrimas que afloraron en otras ocasiones, y con una motivación que nadie logra entender, como tantas otras cosas…
La pistola disparando emociones oprimidas, cual balas, cuando con rabia aprieta el gatillo contra el espejo, como si se tratase de una muerte romántica, con palabras disfrazadas de bala y la boca envenenada, y el revólver...
Los viernes, a pesar del método, son para querer. Las doncellas altivas no son perseguidas para arder en la hoguera, se envuelven en palabras carentes de lógica que son raramente envolventes… Como la manta en la que se refugia para cerrar los ojos mientras el viento revolotea y nada ilumina el todo. Una especie de ensayo sobre media ceguera, donde se puede ver lo que uno quiere, ver lo que hay, interpretar o vomitarle. Porque hasta que no llegue el viernes no habrá tregua. Y dispara el revólver sin saber a dónde apunta, y la sangre llega al río… ¿Qué día es hoy? Chsssst... Que la canción es dulce y aún no ha acabado...".

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