"Como si fuera un secreto"


Tras muchas, muchas vueltas, he optado por obviar argumentos, pretextos y justificaciones. Prefiero hablar de nervios, de sentimientos, de cómo aún está encogida la boca de mi estómago. Muchos ya sabéis que el sábado se estrenó la obra de teatro "Como si fuera un secreto", en la que yo actúo. Una hora antes de abrirse el telón me sentí como aquel primer día, en el que Paco Illán, el autor de la obra y Director entró por la puerta del aula donde yo recibía clases de teatro, donde tantos años pasé experimentando con el arte de ser y sentir, de pasarlo bien en un escenario y de no sentir miedo a ser como se es. Junto a él Carmen Andreu, la que fue mi primera profesora de interpretación hace, a lo tonto, más de 10 años. "¿Es a mi en serio?", pensaba yo, que no me lo podía creer... Me temblaban las piernas en los ejercicios de improvisación que nos pidió y fui incapaz de reaccionar. Y así, casi dos años después, el sábado sentía un revoltijo en mi estómago que soy incapaz de describir. Sentada tras el telón en el sofá que forma parte de la escenografía, escuchaba sola en el escenario cómo la sala se iba llenando. Los comentarios, las risas y las ganas de mucha gente que tenía invertida tanta ilusión como nosotros en esto: nuestras familias, nuestros amigos.

El otro día hablaba con una persona a la que admiro profundamente y comentábamos la importancia de que la persona que te enseña una profesión sienta pasión por ella, de que te enseñe a ejercerla (por supuesto), pero sobre todo, a amarla. Así ha hecho Paco que las tardes de domingos, con mis caras de sueño, algo a lo que ya estaba enganchada desde muchos años atrás se convierta en un gran amor. Y que cada ensayo haya sido como una primera cita (tras plantearme la obra como una relación que comienza, y que cada ensayo fuese un encuentro con esa persona). Las risas entre Carmen y yo, los comienzos de nuestro "pequeño" con nosotros (como llamamos al actor que completa el elenco, Marcos Montijano), la búsqueda en nosotros mismos para conseguir nuestros personajes. Mi lucha personal hasta tener a mi personaje y poder sentir que ya era mío, y que no se iba a escapar. Y las ganas. Las ganas con las que Paco semana tras semana te habla del teatro, de los matices y los giros en los personajes, de disfrutar con lo que se hace en el escenario, en las que te hace sentir ganas de estar siempre ahí. O los pases en los que Pedro Casablanc y Sara Illán son nuestros ojos y nos ayudan a ver más detalles que nos pueden hacer crecer...

Son las ganas de todos, desde Javier León encargado de las proyecciones hasta Pascual Gómez corriendo de un lado a otro del escenario comprobando que los actores tenemos todo, al escenógrafo, la modista, Paco con las luces, hasta Carmen en el otro lado del escenario sonriéndome para desearme suerte a Marcos pasándome el texto con acento mexicano para arrancarme una risa y que pierda los nervios. 
Sí señores, eso son mis secretos tras el telón. Secretos que serán contados. (A gritos).Las fotos las hice durante la grabación de un video promocional de la obra. Aparecen Carmen Andreu-Ripoll y Marcos Montijano.

1 comentario:

juliebird dijo...

que envidia me das
que ganas de escenario