La risa funesta

Siento uno de esos despertares infantiles, tomando chocolate caliente para desayunar y escapando del frío entre las sábanas, reclamando cinco minutos más. Huele a húmedo y a nuevo. He dormido demasiado poco a pesar de que el reloj ha dado un vuelco sobre la pared y mis pies se han arrugado, como si hubieran pasado años. ¿Sabes algo, perdedor?
Lo peor de todo es que, al fin y al cabo, te llevarás puesto tu suspenso mientras duermo. Sí, tristemente la vida no tiene convocatoria de septiembre, sólo sábanas en las que doy vueltas mientras todos los demás juegan a perdonar vidas...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

tengo la respuesta al sueño, creo. mándeme su dirección de e-mail por myspace (no la encuentro) y se la enviaré. yohji.

Ivette dijo...

si, es una pena que en la vida no haya convocatoria de septiembre.

Te leo.

Un beso