Él

365 días atrás, exactamente, él cumplía años con arena del mar entre los dedos y vasos bañados de sal y restos de martini. Él delira sobre el amor, el sexo, el cruce entre ambos, la fugacidad de todo, la amistad y sus variables, sobre treguas a las que se llega con una cerveza entre las manos, y es mejor que el final de la cólera de los amantes. Él es una fotografía en blanco y negro, intimista, personal, dulce y amargo, como el abrazo que necesitas después de llorar y la pregunta sin respuesta a qué vendrá mañana. Las ganas de vivir. Encontrar una página de un libro doblada, un desnudo... Yo tengo arena entre los dedos de los pies y, sin querer, soplo y deseo que siga delirando sobre un teclado sin tildes...

La fotografía es de la señorita Marina Mandarina

1 comentario:

Cohen dijo...

yo llevaba dentro de mi ser su aroma...