Conchita Vinagre

He perdido la cuenta de las veces que he escuchado a personas hablar sobre arte, sobre moda, sobre cuentos, sin pararse a pensar en la trastienda que esconde todo ello, en qué ha movido a un artista o diseñador a hacerlo, en qué quieren contarnos con ello. Tengo un amigo gallego del que ya he hablado varias veces en este blog y del que ya colgué fotos de diseños suyos, que es muy jovencito pero, para mi gusto, es una gran promesa de la moda española y si no al tiempo (y no, no es sobrino de nadie ni falta que le hace). El caso es que siempre que veo fotos de diseños suyos me paro, los observo, y luego interrogo a Óscar (el susodicho) con preguntas sobre cómo ha llegado a lo que ha hecho, lo incordio para que me mande las fotos y me cuente el proceso de trabajo que ha seguido. Hace un mes y pico me mandó unas fotos de una de sus últimas creaciones y, en el cuerpo del e-mail, me contaba una historia. Hablaba de una señora conocida como Conchita Vinagre. El simple nombre me hizo sonreirme a mi misma. Esta señora vivía en la calle de la Reina, número 10, en el Madrid de los años 40. Emigra a París para combatir en contra de los nazis y termina viviendo una historia de amor que termina cuando ha de volver a España, donde sigue su vida. Esto que yo resumo, me contaba Óscar que lo había escrito inspirado en unas cartas que había comprado en un rastro. Momentos más tarde miraba las fotos de sus diseños detenidamente, una vez más. Las había visto antes de ello pero, una vez conocí la historia, me gustaban infinitamente más los dos diseños. De repente una historia me estaba siendo contada en unas prendas, en el cuerpo de una modelo, en el trabajo de un equipo que había trabajado en esa sesión de fotos. Quiero decir que una prenda muchas veces es mucho más de lo que parece, es un modo de expresión, es una historia, es un diseñador que convierte en realidad algo tan suyo como un personaje o una vivencia. Un pequeño modo más de crear arte. Y para mi gusto, si esto es una guerra, Óscar Paz ya lleva ganadas unas cuantas batallas. ¡Y las que le quedan!

Diseños de Óscar Paz

Peluquería y maquillaje de Javier Sevillano

Fotos de Pashio