La importancia de llamarse Gabrielle


(...) Cada vez que abría los ojos se encontraba un cuadro semejante: una mirada clara medio perdida, pestañas interminables sin terminar de dibujar, una apariencia entre el vaho que había empañado el cristal. Miró por la ventana y volvió a ver lo de todos los días. Remitentes en forma de recuerdos sobre un banco de color rojo pintado con frases antónimas... Entonces comenzó a comprender la importancia de llamarse Gabrielle...

Foto de Christian Carrillo

No hay comentarios: