No sé decirle que no a la lluvia (tal vez porque soy un trueno de ojos azules), e intentando atraparla se me han roto las manos, me ha latido el cuerpo y han resucitado los recuerdos para hacerse presente.
El día nos secuestra mientras intentamos llegar a la noche, arrastrándonos sobre un halo de verdades recubiertas de olor a sueño.
Sé que es demasiado pronto para que vengas, pero ven.
Ven... ya.
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