Telañaras de día

Llueve y (el papel) se moja,
como en el patio de mi casa (que no es particular). 
La luz tiembla en nuestro pulso, testado de café,
y se quedan atrapados los pájaros en la manos
con líneas escritas con tinta invisible en las alas.
Y así, sólo así,
se cuecen los cuentos del absurdo.
Con chocolate y molinillo.

1 comentario:

inma ortiz dijo...

corre corre que te pillo