Un punto


Extraño. Así resulta todo cuando despiertas de un sueño del que no recuerdas nada. Pesan los párpados, duele el cuerpo, azotan los pensamientos que deberían escaparse. Entonces una palabra revolotea. O quizás dos. Y unos signos de interrogación que no se sabe dónde colocar. Un simple por qué sí, o por qué no, o porque, o vete tú a saber. Yo me he encontrado con una canción que me regaló mi padre siendo niña y, entonces, todo se ha solucionado...

No hay comentarios: