Dibujos

He parado apenas unos segundos para dejar que me embargara. La mirada no tenía otra misión sino perderse en la nada y dejar que los que son claros hagan de las suyas. Los dedos han dibujado la perfecta perspectiva del teclado de un piano para terminar dibujando algo que no se concreta en ninguna historia verdadera. No sabiendo si la conducción sería temeraria o dirigiría a alguna calle sin salida, o si, o no, o tal vez, o quien sabe. O como cuando le mostraba a su hermano pequeño que lo quería sobre y por encima de las preposiciones y le gustaría abrazarlo pero todo gira demasiado deprisa y ya no le quedan fichas de la noria. El volumen ha subido considerablemente entre las vías del tren y la intensidad le acompaña, mientras cada vez más algo le llena el pecho y ni siquiera se sorprende ya cuando mira el reloj y observa la hora. Hablemos de evolución, pues, de metamorfosis, de dialéctica, de mitología. Y que me inventen un cuento para hacerme sonreír unos segundos y que me sienta de nuevo embargada…



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